Este diseño, realizado para una vivienda particular en el distrito de Arganzuela, Madrid, combina elegancia, funcionalidad y un cuidado equilibrio en cada estancia respetando la esencia de la vivienda original al mantener su suelo, un elemento lleno de historia y carácter que aporta calidez a cada espacio. En la habitación principal, los tonos neutros junto al verde salvia generan un ambiente sereno y personalizado, inspirado en la personalidad de su propietaria. El baño principal refleja esta misma armonía con azulejos en tonos arenisca y verde, junto a griferías en latón cepillado que iluminan el espacio.

La cocina, concebida como el corazón de la vivienda, destaca por su diseño minimalista y elegante, con frentes en tonos neutros, encimeras de porcelánico italiano de veteado cálido y un suelo que combina piedra y madera de nogal, creando una atmósfera acogedora y sofisticada. En el exterior, el patio se transforma en un oasis con inspiración parisina, donde suelos hidráulicos en blanco y grafito, combinados con vegetación exuberante, crean un rincón único para disfrutar en las noches de verano.